La vida de Chuy cambia para siempre por culpa de una desagradable y torpe caída en la noche de Navidad. Este terrible accidente hizo que perdiera por completo el conocimiento y no lo recupere hasta un año después el veinticuatro de diciembre. Pero Chuy no ha estado en coma, el control de su cuerpo lo asumió su alter ego, quien ha estado viviendo su vida durante este último año. Ahora, Chuy tendrá que hacer frente a todas las acciones que no recuerda y que han cambiado su vida sin que él haya podido hacer nada.